El mundo microscópico marino está estrechamente relacionado con el ciclo del agua y el clima, por lo que empieza ya a ser parte de la conversación mundial. La ambiciosa expedición TARA MICROBIOMES/CEODOS CHILE busca estudiarlo en detalle, y una de sus gestoras, la Dra. Camila Fernández, cuenta esta aventura en primera persona.

Por: Dra. Camila Fernández Ibáñez*
/ Fotografías: Gentileza Fundación TARA Oceans y Camila Fernandez

*Dra. Camila Fernández Ibáñez, co-coordinadora de la Misión CEODOS Chile, profesora visitante del Departamento de Oceanografía de la Universidad de Concepción, investigadora de los Centros COPAS Sur-Austral, IDEAL e INCAR, y directora del Laboratorio Internacional Asociado “Estrategias Adaptativas a Multiescala” (LIA MAST).

El 14 de octubre de 2019, la embajada de Chile en Francia organizó una reunión bilateral en la que se inició oficialmente la organización de la nueva expedición científica de la Fundación TARA Oceans. Su velero científico TARA, de 36 metros de largo, diseñado para la exploración polar y equipado con tecnología de punta, recorrería el océano Atlántico y Pacífico en busca del mundo microscópico marino. De ahí el nombre de la expedición, “TARA MICROBIOMES”. Para Chile, era una oportunidad única de recorrer nuestro océano costero de sur a norte, en un tiempo récord de tres meses de estudio ininterrumpido.

Esa reunión en París fue el punto de partida de una dupla entre la Universidad de Chile, representada por Alejandro Maass, y la Universidad de Concepción, representada por Camila Fernández, quien escribe, para aunar esfuerzos y coordinar una misión nacional sin precedentes junto a los principales centros de excelencia de Chile trabajando en oceanografía e inteligencia artificial, como INCAR, IDEAL, COPAS SUR-AUSTRAL, CR2, INRIA, CMM, CIEP, LIA- MAST, y CRG. Sin embargo, cuatro días después de dar el vamos en París, el metro de Santiago amaneció en llamas dando inicio al que sería el mayor estallido social en nuestro país de las últimas tres décadas. Le siguió, en febrero de 2020, el reporte de la Organización Mundial de la Salud indicando que un virus en China se había transformado en una pandemia que dura hasta hoy.

Entre estallido social y COVID-19, la organización de la expedición TARA MICROBIOMES-CEODOS Chile siguió entre escepticismo y reticencia; ¿Cómo hacer zarpar un velero científico en cuarentena? ¿Cómo obtener insumos de proveedores que están paralizados hace meses? ¿Querría la tripulación atravesar medio mundo en condiciones sanitarias inciertas? ¿Qué protocolos instaurar durante el embarque y navegación? Y sobre todo…¿Cómo preservar la excelencia científica entre todas esas dificultades y vicisitudes?

Podríamos haber anulado todo, pero tomamos el desafío y llegamos en abril del 2020 al Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación con una propuesta; lanzar no sólo una expedición oceanográfica, sino un programa de largo aliento de monitoreo del océano costero, una misión nacional llamada CEODOS Chile. Uniendo a la comunidad oceanográfica detrás de un solo objetivo, CEODOS busca medir el estado de salud actual del mar chileno y monitorearlo de sur a norte cada cinco años. CEODOS 1 aprovecharía el paso de TARA por nuestras costas.

Y PARTIMOS

El zarpe desde Lorient en Francia se retrasó dos veces. Finalmente, se produjo en diciembre del 2020. Para febrero del 2021, en que se dio inicio a la Década de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible hasta el año 2030, y a un año desde el comienzo de la pandemia, el velero TARA arribó a Punta Arenas.

Iniciamos la expedición con mascarillas y con la incerteza del protocolo en rodaje y los experimentos sin tiempo para pruebas. Las restricciones de seguridad nacional a barcos internacionales significaron un tripulante científico menos durante todo el trayecto. La Armada prohibió el registro de temperatura y salinidad del agua en la Región de Magallanes, decisión a la que tuvimos que apelar como en tantas otras oportunidades a lo largo del camino. Aun así, TARA Microbiomes/CEODOS Chile empezó con entusiasmo y porqué no decirlo, un poco de fe.

De Punta Arenas a Puerto Montt, el velero TARA recorrió los fiordos, glaciares y canales australes. Luego de una escala para reabastecimiento y divulgación científica en Puerto Montt, TARA zarpó rumbo a Concepción, Valparaíso e Iquique completando 34 estaciones científicas en poco más de 90 días. Como coordinadores, Alejandro y yo seguíamos a TARA día y noche a la distancia.

En Concepción, tercera escala nacional, me incorporé como jefe científico hasta Valparaíso. Lo primero que sentí al embarcar fue una emoción muy grande por navegar de nuevo y hacerlo en un velero. Luego, la vida a bordo me puso frente a una concepción orgánica de la ciencia, que busca ante todo el llegar al otro, buscar un lenguaje común combinando a bordo a científicos, marineros, y tripulantes no tradicionales, como artistas y escritores. En un ambiente así, en esa burbuja cultural que es TARA, se puede valorar la esencia humana y ser visto por lo que somos, no lo que hacemos.

La ciencia navega por delante, pero la persona va inmediatamente detrás. Eso nos hace humanos, la curiosidad del otro. La fundación TARA Oceans ha entendido eso y lo transmite, y ése será su legado. Gracias a mi paso por el velero TARA, al paso de esta expedición y CEODOS Chile por mi vida profesional, he aprendido a ver mi rol de científico como algo integral. No sólo debemos generar datos y esperar a que el mundo comprenda; ser un aporte al conocimiento es mucho más que eso. Es una experiencia humana. En estos meses hemos llegado vía remota a más de 2500 estudiantes de Chile y el mundo y pudimos ver cómo es nuestro país desde el mar de sur a norte. Las circunstancias adversas no hicieron más que exacerbar lo esencial en nuestro oficio, que es descubrir para aprender y aprender para servir.

La expedición ya dejó Chile. Ahora va rumbo al Atlántico, específicamente Brasil y Sudáfrica por un año y medio más, pasando por la Antártida en el verano de 2022. Nuestra misión nacional aún persiste; la etapa antártica nos espera a inicios del 2022 y tendremos que trabajar por una segunda misión CEODOS en cuatro años más. Así es que este no es el fin de la exploración del microbioma en Chile. No, es sólo el principio.

Más información:
camilafernandez@oceanografía.udec.cl

Fuente: Revista I+D+i UdeC


Departamento de Oceanografía
Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas
Universidad de Concepción – CHILE

Barrio Universitario s/n Concepción
+56 41 220 4502
Casilla 160-C