Tras 23 años de investigación científica contínua, se retira del cuerpo académico del Departamento de Oceanografía sumando grandes logros en la disciplina y fuertes lazos con sus colegas, personal administrativo y estudiantes en la UdeC.

Desde Arica, ciudad de la eterna primavera, pasando por la región minera en Antofagasta, el puerto de Valparaíso y la ciudad jardín en Viña del Mar hasta llegar al barrio universitario en Concepción, la Dra. Carmen Morales ha recorrido por cielo, mar y tierra Chile y el mundo realizando investigaciones científicas en oceanografía. A los 15 años salió becada a Estados Unidos, recuerdo de su primera aventura sola en el extranjero, y desde entonces ha viajado hasta aburrirse de ello. En los tiempos de la televisión en blanco y negro, fascinada por los descubrimientos, viajes y relatos de  Jacques-Yves Cousteau, alucinaba con estar bajo el agua y ser bióloga marina. Reconoce que de no haber logrado su primer propósito, tenía como alternativa convertirse en astronauta, porque conocer mundos desconocidos para ella era fascinante.

Su primera intención fue ingresar a estudiar en Montemar, la primera Estación de Biología Marina de América Latina, pero al querer inscribirse en la carrera el año 73, se encontraba clausurada por algunos años. Enfocada en su objetivo ingresó a estudiar Licenciatura en Biología en la Universidad de Valparaíso y, al tercer año, comenzó a “molestar” a los académicos de Montemar junto a sus compañeras y compañeros y, con ello, lograron realizar cursos electivos y hacer sus tesis de pregrado ahí. Al mismo tiempo, realizó cursos de buceo en la Universidad Federico Santa María, pasando los fines de semana practicando en Laguna Verde con profesores y estudiantes de su carrera. Recuerda que “durante el periodo de tesis pasé por varias alternativas de proyectos, experimentando las primeras barreras como tesista mujer dada la baja a nula disponibilidad de partes extra-universitarias para facilitar la realización de una investigación científica. Entre ellos, embarcarse era algo fuera de lugar para estudiantes mujeres en esos tiempos”. Finalmente realizó un estudio experimental con jaibas en Montemar, bajo la guía del Dr. T. Antezana, además de trabajar en el Archipiélago Juan Fernández en la creación de una muestra marina junto a la CONAF.

Un segundo paso importante como científica fuer un inicia Magíster en Oceanografía el año 1983 en la Universidad de Dalhousie, Canadá, con fondos internacionales. Por primera vez, pudo embarcarse en plataformas oceanográficas de gran envergadura gracias a un fuerte apoyo del reconocido oceanógrafo Dr. T. Platt (Bedford Oceanographic Institute), aun cuando su tesis fue netamente experimental de laboratorio. En un tercer paso relevante, cinco años más tarde y tras un breve paso por Chile, realizó su Doctorado en la Universidad de Londres, Reino Unido con fondos internacionales. Desarrolló su tesis doctoral formando parte de un proyecto internacional que consistía en el estudio de flujos de carbono en el Océano Atlántico, bajo la guía del Dr. R. Harris (Plymouth Marine Laboratory).. Con ello, tuvo la posibilidad de embarcarse por largos periodos de tiempo y apreciar la dinámica del trabajo multidisciplinario.

Tras terminar sus estudios en el extranjero y manteniendo la ilusión intacta de realizar ciencia en Chile, regresó y obtuvo un proyecto post doctoral CONICYT en el Instituto de Fomento Pesquero, embarcandose en cruceros para estudiar las condiciones oceanográficas y pesqueras en la zona norte del país, siendo la única mujer a bordo. Gracias al apoyo de colegas, realizó una asesoría en la Subsecretaría de Pesca, ingresando en un terreno desconocido para la institución: las áreas marinas protegidas incluidas en la Ley de Pesca. Tras iniciar el trabajo en esa línea, se declaró a La Rinconada como la primera reserva marina de Chile el año 1997 y dejó sentadas las bases para las próximas designaciones.

Ese mismo año, la Dra. Morales llegó a la Universidad de Concepción para integrarse a un equipo científico multidisciplinario en el primer proyecto FONDAP (Fondo de Financiamiento de Centros de Investigación en Áreas Prioritarias) en Oceanografía del Pacífico Sur-Oriental liderado por el Dr. Victor Ariel Gallardo, actual académico del Departamento de Oceanografía y uno de los investigadores más destacados en esta disciplina en Chile en esa época. El proyecto fue muy significativo para el desarrollo de la oceanografía en Chile, dado que las investigaciones en aguas oceánicas eran, hasta ese momento, muy inusuales al no existir recursos centrales para el financiamiento de arriendo de grandes embarcaciones, además de la escasez de éstas plataformas en el país, algo que en la actualidad sigue siendo muy limitado. Sus investigaciones oceanográficas continuaron a través de un segundo FONDAP en Oceanografía (Centro COPAS), de 10 años de duración y que permitió aumentar significativamente el número y la calidad académica de jóvenes científicos y científicas en la disciplina en Latinoamérica. Desde el 2014 hasta el año pasado formó parte del Instituto Milenio de Oceanografía, continuando con investigaciones enfocadas especialmente en el impacto de remolinos y frentes sobre comunidades planctónicas en el Pacífico sur-oriental.

A  23 años de ser académica en el Departamento de Oceanografía de la Universidad de Concepción, logró un camino consistente y libre de barreras mayores. Cada paso que ha dado en su vida académica ha representado logros significativos para ella, además de disfrutar plenamente su trabajo y la vida como un todo. Por la crianza de su madre aprendió a ser muy independiente y liberal, incluyendo la decisión de no tener hijos propios, tampoco perros ni gatos, dado el fuerte compromiso que esto implicaba. “Obviamente debe ser muy lindo tener un hijo o hija, pero no solo se trataba de eso… significaba un proyecto y compromiso de familia, así que decidí no tenerlos. Mi compromiso más cercano es con mi familia directa y con mi pareja, con quien llevamos más de 30 años juntos, mucho más tiempo del que la mayor parte de la gente que yo conozco ha durado (risas)”. 

Sin embargo, al ejercer la docencia, ha sido y sigue siendo “mamá académica” de sus estudiantes mujeres de postgrado, aconsejándoles sobre sus carreras y las barreras inevitables y a veces “invisibles” a las que están expuesta. “He hecho lo que he querido en mi vida cruzando barreras, y creo que eso es transmisible a las generaciones jóvenes que están más empoderadas que antes como mujeres”. Fue así que se involucró con FemenIMO, agrupación de mujeres científicas del Instituto Milenio de Oceanografía formado en 2020, coordinando la elaboración de un Código de Conducta con fuerte enfoque de género.

En los 50 años que cumple en 2021 el Departamento de Oceanografía, la Dra. Morales fue la segunda directora de esta unidad entre 2017 y 2019. Ese periodo estuvo lleno de desafíos, pero no fue impedimento para disfrutar de este cargo, por sobretodo, coordinando el Plan de Desarrollo de una de las unidades de mayor tamaño en la Universidad de Concepción, con el mayor número de centros de investigación, alto compromiso en carreras de pregrado y postgrado, y de un reconocido prestigio internacional en Oceanografía. En los dos últimos años se enfocó en realizar puentes entre investigación básica y políticas públicas, incluyendo la Política Oceánica Nacional y Mares de Chile: visión 2040. Estaba en sus planes jubilarse este año y así lo ha concretado: “Pertenecer al Departamento de Oceanografía y a la UdeC han sido el mayor logro resumido de mi vida académica y agradezco a todos quienes me apoyaron en esta tarea, incluyendo estudiantes, colegas y personal administrativo que contribuyeron en ello en distintas formas”, concluye la Dra. Morales.


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